5.8.10


carta al mundo:
te quiero hacer reír.



dios
dios dios te pido por favor que me dejen de salir granos.
cuándo va a parar esto? ya tengo treinta años.
algún día va a parar.
o te lo cambio por mi insomnio si querés
vos me dejás el insomnio
y te llevás mis granos
si los precisás
para generar algún tipo de equilibrio cósmico
balance existencial
si es que vos creés en eso.
yo pienso que no
o tal vez no pensás mucho en eso
porque si fuese así
entonces yo me quedo con los dos
y vos nos das a cambio un sol eterno
porque tengamos en cuenta que mi insomnio
es algo bastante pesado
y que se podría traficar bastante bien
sin ningún problema
entre aquellos que estén interesados
en cuidarme al menos
o también entre aquellos que sientan
fascinación por lo raro e improductivo.
yo te diría que cada vez somos más.
alguna vez me habrás visto
posar en el espejo con ropa de mi hermana
ella terminó la facultad
así que imagino que soy modelo publicitaria
que soy moda
y que todos estos años de juventud
no los desperdicié
porque siempre hubo alguien que quiso fotografiarme.
hoy lo hice, pero eso está bien
no es raro.
si lo pienso
vivir para siempre no me interesa, a nadie
puede ser que a nadie le interese ya?
lo que sí quisiera
es algún momento de intensidad brutal
como un estadío superior de lucidez extrema
no hace falta que sea colectiva
pido que haya uno en la vida de cada uno
en una fiesta mostranos el universo
de un ovillo, hermoso como es
o hablando por teléfono con mis abuelos da igual.
uno se queda dormido en el casino
y caminando sin despertarse aún
se da cuenta que tiene una gran idea para un cuento
no, no quiero pequeñas revelaciones
sino grandes proyectos
se da cuenta que tiene una gran idea para una novela
para un gran final.
es que no hay demasiada verdad en estar vivo, no?
qué pensás de todo lo que hicimos bien?
de las mega corporaciones?
hagamos así
yo sigo durmiendo tres por día y con acné
dejo la psicóloga
dejo el alplax
y
BIG BANG!
listo.



Lujo

para mí
que cada vez que miro al cielo me mareo
y caigo volando por las ventanas de la ciudad
y paso
por la esquina contando luces
escuchando y soñando
es un lujo increíble decirte
linda
o
gruñona, gruñona linda
y despertarme a la mitad de la noche
para escribir esto, que nunca lo leas