21.5.10


I

Alfajores y agua del baño
antes de la inauguración.
Las migas me dan vergüenza,
pero si se cruzaran en algún oscuro pasaje del centro
y pelearan a muerte, como pandillas,
seguro ganan mis cuadros:
  nada me da más vergüenza que mis cuadros.
Esto es lo que deseo para el trimestre:
  más árboles frutales en el barrio,
  menos puertas giratorias en el universo,
  almuerzo de alfajores siempre,
  seguir a un desconocido en bicicleta
durante veinte minutos,
  y descubrir que alguien robó algo
de mi muestra.



II

Vivo demasiado cerca de tu casa,
dejo el teléfono y calculás los pasos desde mi habitación. Nunca
usé el timbre, la bocinita robada en mi bicicleta es sólo
para despertar a tu mamá, vos me lo pediste así. Vivo tan cerca
que sabés de memoria cuánto tardo, y es lo primero en esa lista,
la colección completa de cosas que nadie más sabe de mí.
¿Qué va a pasar cuando me mude a capital?
Tengo pesadillas: uso tu nombre cuando preguntan el mío,
el tuyo está primero.
Sé que no sabías eso, bueno, nadie quiere saber algo así.
Cuando me vaya voy a pedirte que dejes en la ventana el vestido
que tenías la primera vez, un vestido con flores de oro.
O mejor: ¡que lo tires a la basura!



III

Por eso sostiene la copa aunque no toma nada, seguro está comiendo
algún caramelo de miel o de anís.
Y cuando pensaba que ya no podía divertirme s con mi vecina,
murió su esposo. Conectados sólo por nuestras ventanas, aprendí
sin quererlo y para siempre la lección más importante de estas vacaciones.
En las siguientes semanas tuvimos una nueva ocupación:
ella recorre toda la casa y enciende cada una de las luces,
enciende la tele y deja el volumen al máximo, enciende la radio
busca música clásica y deja el volumen al máximo,
las paredes vibran los perros cantan los vecinos la odian. Después
junta todas las revistas que encuentra, recorta parejas famosas
y las quema. Después se desnuda, los viernes elige un vestido y
maquillaje, apaga la radio, apaga la tele, apaga las luces,
se saca los tapones de los oídos y nos vamos a dormir.
Yo nunca había visto desnuda a una persona de su edad.
Desnuda, perdida y espantada.



IV

Escribo todo lo que siento por el mundo en una hoja,
con tanta precisión que te haría llorar. Lo dejo sobre la mesa y te espero.
Cuando llegás apoyás las bolsas del supermercado en el piso
y te acostás sobre la mesa sobre la hoja: ¡justo lo que quería!
Después te toca a vos, y cuando está listo me lo leés. Eso
me molesta, claro, así que esa noche pongo tu hoja en la cama y
me acuesto al lado, desde esa perspectiva
se hace imposible leerla
pero mucho más fácil olerla:
sí, así fue como adiviné qué íbamos a cenar.



V

Con este botón voy a hacer que se calle el mundo. Es el fin de
la tiranía del sonido. Primero se va el ruido que trae cada noche,
un Casio en el piso de arriba. Inmediatamente después el que está
en tu cuarto y en tu boca si estás desnuda, ahora estoy
realmente solo.
Delante mío dos autos se dan un beso, y después otros
se suman a la fiesta. Yo los miro pero no lloro y como ahora estoy
cubierto de celofán verde, ellos me miran a mí, todos me miran
y yo empiezo a gritar como la ambulancia tonta que siempre fui.



VI

Te extraño, ¿vendrías a limpiar mi casa los jueves?
Pero en la otra hoja dice: Te odio.
Cuando sostengo las dos a contraluz, Te extraño en la derecha
y Te odio en la izquierda, una delante de la otra,
por primera vez no puedo decidir.
Tengo guantes de arquero para vos y guantes de novia para mí,
aunque más importante que vestirse mal en nuestra gran celebración anual
es saber cuándo y a quién entregar cada sobre...
¿sólo nosotros podemos hundirnos tanto en el azar?
Alguna vez escribimos: Gracias por preguntar, aunque ya no
duermo con ella las cosas van bien, conseguí trabajo como modelo
en la mejor revista porno gay del mercado; ¿Qué vas a decir
cuando te llegue mi cabeza en una caja por correo?; Por favor,
no preguntes nunca; o Sólo dos números tendrías que saber,
el de la policía y el mío después, el primero es para usarlo una sola vez.
En letras no tan grandes, alguien respondió "Está bien".
Dentro de diez años nos juntamos a escribir poesía en la estación
y quemamos todo antes de volver, cada uno a su casa.
Dentro de quince años nos juntamos a preparar cartas de amor
o posters para enviar al zoológico,
Atentamente elefantes
o Entrega especial
                                jaula del papión sagrado.



VII

Yo sé que te compraste las zapatillas blancas para patearme
la cara mil veces.
Uno... dos... tres, podés usar la izquierda también...
cuatro, cinco, seis y siete.
Ey, me sorprende que no sepas que ante ciertas personas
puedo lograr que mi cuerpo sea invisible, o elegir qué partes
no mostrar. Este mes, para vos es invisible mi sangre,
así que voy a decirte qué otras cosas deberías intentar
con tus zapatillas blancas nuevas.
Quiero decirte qué otras cosas deberías intentar
con tus zapatillas blancas nuevas: mejor pensalas vos.
Puedo decirte a quiénes deberías patearle la cara antes que a mí:
Leticia
Federico
Mariela
Luciana
Julia
Carolina.



VIII

Encontré esto en la basura:

Quisiera estar en cualquier otro lugar en este momento,
no en mi cama antes de las doce.
¿Mi diario es una vergüenza? Si por accidente se publicaran
todos los diarios de la historia, ¿el mío sería un best-seller? Yo
leería todos los diarios del mundo.
Querido diario: ¿necesito empezar terapia? No. Gracias. Te amo.
¿Somos novios?
Papel araña - investigar más sobre el tema.
Hoy pensé en Fernanda de nuevo, creo que pasa más seguido de
lo que suponía. Para su cumpleaños voy a regalarle una bolsita de
merengues. La última vez que la vi dijo: Por primera vez en mi vida
se me ocurrió ponerle queso al sandwich de huevo que
usualmente como, ¿porqué sucede algo así? ¿cómo es que nunca vi
algo tan básico? ¿qué pudo haber detonado esta decisión?
-me dió tanta pena que hubiese preferido por ese segundo de
la historia universal ser un arroz. O una uña cortada. O musgo-.
Todavía recuerdo la única vez que me besó, fue como si
todas las cosas que hice mal en veintitrés años me hubiesen llevado
directamente a ese punto. Un regalo.
Cosas que me gustaría hacer: 1-Vivir pegado a un restaurante
chino baratísimo. 2-Estar escribiendo esto ahí.
No fui al hospital para contactar un psicólogo. Decidí ir mañana,
porque se había hecho tarde.
            
                   >> y ahora un pequeño viaje en el tiempo <<

Creo que es algo que está prohibido en un diario, mejor. Acabo de ir
al hospital y hoy también llegué tarde. Voy mañana.



IX

Este año es un auto en llamas, no le creas nada.
Se pone anteojos para recibirte pero, aunque adivinó
el color de tu ropa interior, no le creas nada. Dijo: perdiste,
quiero que te quedes a dormir y no es por como bailás salsa;
sólo por los discos que tenés en tu mp3, la música
que vamos a escuchar antes de coger y dormir.

Este año es un auto prendido fuego al costado de la ruta,
con tres ruedas sin techo sin vidrios. Por favor,
¿me lo cambiarías por tu bicicleta? En oposición,
le alquilo un cuarto de mi casa a una bailarina rusa de vacaciones.

Sé lo que piensa nuestra cena cada vez que nos ve pelear:
  adentro de esa frase hay un león esperándote.
Esto es lo que yo pienso: ¡Fuera de mi cama, vos
nunca me entendiste! ¡Fuera de mi cama, y de mi vida!
Y cuando te diga algo así quiero que respondas con ganas,
como si siempre hubiese tenido carácter.



X

Sí, te cuido la cartera. ¿Soy el chico que usa tu cartera
mientras besás a mi amigo? Yo te saqué de tu casa y
puse en tus manos revistas prestadas. Te di mi teléfono
y sabés mi cumpleaños. Sólo quería dormir con vos,
por eso te pedí que me pintaras las uñas con tu esmalte.
Esa noche me emborraché en minutos, como nunca,
y cuando todo el alcohol del mundo-robado ya estaba adentro
sólo pude acercarme y decirte: Tengo tus llaves, tomá; simulando
que vivimos juntos. Pero sí dormimos cerca, a tres cuadras de distancia,
así que espero que puedas sentir el volumen de mi cabeza vibrando,
como un auto a control remoto con sólo dos direcciones,
va a sonar así durante un tiempo porque pienso dormir
una semana entera.
Desperté con sesenta pesos de más en el bolsillo de atrás.



XI

Fui acusada de tantas cosas que me sorprende nunca haber
sido culpable hasta hoy; es que decidí arruinar esta cena.
Cuando algo parece difícil recuerdo el mes entero que pasé
usando la misma ropa por decisión propia, recuerdo
cada prenda a la perfección con exagerado detalle y repito mentalmente
el prolijo procedimiento vestir-desvestir que inventé como rutina
para esos días.
Lo repaso como una lección o un discurso presidencial de agradecimiento,
mentalmente pero ocupando el mismo espacio y tiempo que
antes, es un holograma.
Ahora es bastante fácil, sé exactamente lo que quiero:
mientras todo lo demás sigue su pulso, son casi dos minutos
desde que suelto el plato hasta que toca la pared, pero
ese tiempo es suficiente para que todos en la mesa entiendan que
no soy un fracaso como artista por haber vendido ningún
par de zapatos hoy...
o por haber empezado a escribir poesía después de los cuarenta.



XII

Como a nadie le importan las celebridades, este año
tuvieron que inventar nuevas categorías:
"Mejor árbol o arboleda en pantalla" o "Mejor bebedero público
en Capital Federal o alrededores".
Ella tenía puestos los guantes del servicio secreto de la
República Federativa de los Estados Flotantes del Conurbano
Bonaerense, eso es lo que recuerdo antes de varios de mis dientes
en mis dedos.
¿Adónde me trajeron? En el cuarto es todo color celeste
como los guantes, y cada pieza parece estar hecha del mismo material,
plástico. Tal vez sólo sea ilegal estar tan perdido como yo:
lo que esté buscando no voy a encontrarlo encerrado y sin zapatos
o billetera, donde seguramente antes estaba mi licencia de conducir.

Espero recordar eso toda la vida. En caso de haberlo olvidado
espero que una realidad ridícula e inesperada lo haya reemplazado.
La publicidad ha evolucionado muchísimo: "Queda usted entonces
cordial y parcialmente invitado a participar en algo",
"Lache usa zapatillas", "Banda de turistas toma gaseosas Pija".


20.5.10


XIII

Voy a fumar este cigarrillo entero antes de llegar a la esquina, y
ese es mi único plan para el día, tal vez para la semana.
Aunque soy tenista, mi verdadero deporte es recolectar segundos
de conversaciones ajenas como esta: ¿Ya fuiste? / No,
  todavía no / ¿Cuál sale hoy? / El sesenta y cuatro. Pero yo
  no le voy a jugar / ¿Vos qué estás siguiendo? / El treinta y nueve
  y el sesenta y dos / ¿Pero sale el sesenta y cuatro? / Sí,
  claro / Chau, linda. Jugale al sesenta y cuatro.
Planeta Tierra, tengo un secreto para contarte. Como vos,
todas las noches me visto con ropa de mujer para dormir;
a mí me pasa lo mismo, yo te entiendo.
Sí, nadie entiende a este planeta como yo, sólo por eso
sigo vivo desde hace siglos. O al menos eso es lo que supongo.
¿Por qué me brillan las manos?, nunca nadie dio una explicación,
aunque ya son muchas las veces
que despierto con cien pesos de más en el bolsillo de atrás.


19.5.10




en la caja solar.
Y EN LOS BAÑOS DEL JARDIN BOTANICO TAMBIEN.