21.5.10


XI

Fui acusada de tantas cosas que me sorprende nunca haber
sido culpable hasta hoy; es que decidí arruinar esta cena.
Cuando algo parece difícil recuerdo el mes entero que pasé
usando la misma ropa por decisión propia, recuerdo
cada prenda a la perfección con exagerado detalle y repito mentalmente
el prolijo procedimiento vestir-desvestir que inventé como rutina
para esos días.
Lo repaso como una lección o un discurso presidencial de agradecimiento,
mentalmente pero ocupando el mismo espacio y tiempo que
antes, es un holograma.
Ahora es bastante fácil, sé exactamente lo que quiero:
mientras todo lo demás sigue su pulso, son casi dos minutos
desde que suelto el plato hasta que toca la pared, pero
ese tiempo es suficiente para que todos en la mesa entiendan que
no soy un fracaso como artista por haber vendido ningún
par de zapatos hoy...
o por haber empezado a escribir poesía después de los cuarenta.


No hay comentarios: